domingo, 14 de marzo de 2010

Las Palmas: faltan pruebas de carga en las piscinas

Hace algunas décadas, cuando aún no se había dado al servicio la piscina olímpica en la unidad deportiva Atanasio Girardot y eran notorias las deformaciones de la cubierta de las graderías, así aparentemente hubiese sido bien construida y de conformidad con los diseños, la administración municipal determinó realizar pruebas de carga; se quería comprobar si la estructura de hormigón ofrecería a los usuarios estabilidad y seguridad; apenas se inició la operación de cargue, la "cachucha" se vino al suelo al colapsar los elementos de soporte de la estructura.

La duda metódica sobre la confiabilidad de la estructura permitió evitar para la ciudad una catástrofe de enormes proporciones cuya investigación final, encontró que la disposición errónea del acero de refuerzo en los pórticos, fue un factor determinante para que la estructura fallara.

Cuando no exista suficiente evidencia teórica y experiencia sobre procedimientos constructivos o dudas sobre calidad o resistencia de los materiales utilizados para garantizar seguridad y estabilidad de una estructura, un excelente recurso que la buena práctica de la ingeniería recomienda es la pertinencia de realizar pruebas de carga.

Pero no siempre es posible hacer estos procedimientos y es entonces cuando las fuerzas de la naturaleza son las encargadas de practicar "las pruebas de carga"; las que aparecen sin previo aviso y de manera súbita; un movimiento ondulatorio al que llamamos terremoto, que al liberar gigantescas dosis de energía ponen a prueba los diseños y examinan si las construcciones tienen la solidez y estabilidad estructurales suficientes (llámense edificio, presa o vivienda), para atender las fuerzas que se desatan. O aquellos inviernos prolongados que superan los promedios y bajo las condiciones más severas ponen a prueba la solidez estructural de un puente, una carretera o lo que encuentre a su paso. La puesta total en servicio de la vía Las Palmas marca una nueva etapa de la cuestionada obra, después del fatal derrumbe que obligó a un cierre transitorio de una calzada para estudiar las intervenciones técnicas más recomendables en aquellos sitios que presentaban niveles de amenaza y riesgos para los usuarios.

Confiemos en que los trabajos de estabilización mediante construcción de pantallas de anclaje, pernos, muros de contención, mallas, drenes, sellados, procesos de revegetalización de taludes etc., hayan superado en forma definitiva la inestabilidad de los taludes.

Y felizmente el verano reinante esta vez, fue el mejor aliado de los contratistas para ejecutar los trabajos conforme a los cronogramas propuestos, a tal punto que se pudo anticipar la fecha de entrega de una obra necesaria para atender el inmenso volumen vehicular, el mismo que pondrá a prueba la calidad del pavimento, mientras aparezcan las otras "pruebas de carga", aquellas que la naturaleza nos tiene reservadas para examinar mediante copiosos aguaceros la estabilidad de los taludes y comprobar si todos los componentes estructurales tras la intervención fueron bien diseñados y construidos y a prueba de las condiciones más severas de la naturaleza.

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